Gloria tiene los ojos pequeños y grandes las caderas.
Me gusta abordarla por la espalda,
levantarle el cabello y darle besos en el cuello
mientras ella tirita y se estremece.
Luego se da vuelta e inunda mi piel de caricias mojadas.
Ayer se fue.
Tengo un dolor fuerte en mi pecho y la piel reesquebrajada,
mis labios son leves, mi alegria es un champiñón marchito
y mi aliento es algo amarillo que se seca mas cada día.
Alguien diría que sufro una gran pena.
Esta noche vine al bar, en el que muchas veces nos embriagamos Gloria y yo.
al comienzo tenía esa gran pena,
pero cada cerveza fue disipandola, extinguiendola.
De esta manera Gloria se esfuma,
mientras el alcohol va haciendo su demencial labor.
Ahora estoy bien, o por lo menos no me siento tan mal.
Canto canciones a viva voz frente a mi publico de inermes botellas vacías.
Pero llega la madrugada y la recuerdo,
y veo extrañamente que mi vida pasa,
sin pena ni Gloria.
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