jueves, 18 de diciembre de 2008

EL DIA QUE TEMBLO

El día del temblor los que quedaron vivos corrían,
Algunos con el rostro ensangrentado, daban alaridos.

Daban vueltas con las caras ensangrentadas entre las manos y no iban a ningún lado,
Otros rebuscaban entre escombros sus partencias, sus pobres tesoros,
Que se yo, dinero, joyas, alguna vieja foto, el amor…

Otros lloraban al lado de las piltrafas, de los restos de sus seres amados.

Vi una mujer llorando con un niño muerto y machacado entre los brazos.

Parecía como si cada uno tuviera su propia condena, su propia angustia.
Solo yo reía.

Bajo uno de los árboles que quedó en pie, canté canciones, canté canciones alegres.
Sin embargo, me encontré en cada semblante furibundo.

Tuve todos esos rostros en mi rostro, claro, en otro tiempo
En otro tiempo sufrí todos los desconsuelos de estos seres desdichados, todos, todos de un solo tajo.

Piensen ustedes, nada tenía que buscar en los escombros de ese temblor de mierda.
Igual, tú, mi único tesoro, te habías marchado el verano pasado.

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