Tomar distancia, medir una yarda y separarte, deshilvanarme.
Matar sueños, como si fueran piojos, liendres, matarlos con asco, matarlos por matarlos, porque mueran, por verlos caer.
Matarlos de miedo, de estrés, de cobardía, matarlos de pequeños, de indefensos; matarlos con la punta de una vara, de lejos, matarlos con caucheras, antes de que aniden y canten.
Taparles la boca con un pañuelo, asfixiarlos, colgarlos a la entrada de la puerta, como sábilas.
Asesinar los sueños , sembrarles puñales por la espalda, sacarles las uñas, atropellarlos, con palabras, despedidas, adioses…
Como si pudieras reír después de sacar con tus manos mi corazón y tus sueños se escurran entre los dedos…
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